(2004) La hipótesis inicial de este artículo es que la ciencia moderna fue parcialmente responsable de la incapacidad para aceptar una ética teleológica al ser más proclive a una concepción deísta que a una teísta. En cambio, el desarrollo de la ciencia contemporánea permite una transformación de la concepción de Dios que lleva, no sólo a replantear el teísmo, sino también a favorecer la reconstrucción de dicha ética.